miércoles, 26 de septiembre de 2012



Mientras pescaba, dos cartas le salieron al azar al pescador. Primero el entresijo, luego el mirón. Dedujo que el consejo de la baraja era "mirar con el ombligo". En la libreta primero apareció la espiral, meses después el ojo pez. Los elementos en las esquinas convirtieron estos matachos en cartas de un tarot que está por hacer.


lunes, 24 de septiembre de 2012


Mientras tanto, en otra esquina de la mente del dibujante, alguien lanza un anzuelo con gorda lombriz para pescar barracudas. En el agua, como un improbable cubo de hielo, flota una de las versiones posibles del diagrama de la comunicación humana. Primero fue el diagrama en la libreta. Mientras me pasaban por la cabeza imágenes de mi ya larga aunque no necesariamente exitosa carrera como comunicador, aparecieron primero las barracudas, luego el anzuelo, finalmente la masa de agua y por último la libélula.  




viernes, 21 de septiembre de 2012


Una ciudad a cuyas playas, que también las tiene (no son meros acantilados), ha llegado esta botella con una carta del temible don Tsunami. La aparición de este matacho me resulta nítida. Pensaba yo en una serie radiofónica dramatizada para contarle a la gente del pacífico colombiano por qué ocurren los tsunamis y qué hacer para salvar la vida en caso de que se asome uno por nuestras playas. Hice la serie, pero no utilicé el recurso narrativo de las cartas embotelladas del temible don tsunami, quedó el matacho. 


viernes, 14 de septiembre de 2012


Y una mujer es habitada por los peces en los que se convirtieron los besos de su amante cuyas cosquillas la hacen sonreír enigmáticamente como a la Monalisa. 



Y este niño es acechado de mala manera por un instrumento que debería quedarse sosteniendo pantalones en su sitio. El niño hizo su aparición un día que no puedo precisar, raro él, extasiado ante la luciérnaga, y así pasó varios meses hasta que fui de amanuense a un evento sobre violencia en primera infancia y se lanzó sobre él la odiosa correa cascamal.


lunes, 10 de septiembre de 2012


Y otro hombre enamorado de súbito se dobla tras el rastro de la mujer de su vida que cruzó la esquina como una gata, tal como ocurre un cuento de Hemingway, y le jala el entresijo. Primero estuvo en la libreta la flor acompañada por la oscura luna. Luego vino la semejanza entre la flor doblada con los estambres por fuera y un hombre que se inclina al ver pasar una mujer que no conoce y sospecha que puede ser la mujer de su vida; entonces esa particular mujer cruzó la esquina en el fuera de campo.


viernes, 7 de septiembre de 2012


Donde un hombre exasperado masculla blasfemias después de tachar lo escrito.  En el principio hubo un listado funcional y desangelado en la pagina derecha y una anotación en rojo en la página izquierda. Luego apareció el globo que invocó al hablante, que salió gordito como un obispo lo que trajo aparejada la idea de dios y por supuesto la blasfemia. Un micropunta rojo que estaba por ahí le puso color a la exasperación. Entonces la lista fue tachada y el globo decorado con garabatos energúmenos. La lengua de camaleón fue jalada por algunas palabras de la anotación inicial que se escapaban del cerco de la cabeza.


miércoles, 5 de septiembre de 2012

O con esta otra ciudad...


O con esta otra ciudad inspirada en una que recientemente volví a visitar, en la que sus habitantes no saben si lanzarse a la conquista del mar aprovechando la altura del barranco o girar día tras día en torno a la estatua de cajita musical de su parque principal. El barranco... pasé mucho tiempo mirando despegar del borde del barranco a los parapentes cargados de un tripulante experto y un arriesgado primerizo, imaginando cómo se vería todo desde arriba y sintiendo que se me aguaba el intestino. El ojo volador de este matacho trata de sanar la vergüenza de semejante susto.