jueves, 28 de abril de 2016



En esta dirección podrán ver de corrido la historieta sobre la flor golosa y el hombre de los ojos desorbitados que he publicado en las seis entradas anteriores














domingo, 24 de abril de 2016


El hombre en los puros huesos, con sonrisa desfigurada a besos, estrellas peregrinas en las manos, ojos clavados en el entresijo y zapatos de nefelibata, fue trasladado a un sanatorio. Ante semejante enigma irresoluto la jefa de detectives quedó muy inquieta en mitad del campo de alfalfa hasta que, poco a poco, una brillante idea burocrática fue alzando vuelo en mitad de su turbante: trasladar el caso a la Unidad de Víctimas Especiales. Así recobró la calma. Ordenó a sus subalternos organizar la breve indagación en una carpeta que por el camino se extravió.  
(Esta historia empezó hace cinco entradas y aquí termina. Fin)


jueves, 21 de abril de 2016

El cuerpo del hombre abducido apareció regurgitado en un campo de alfalfa al sur del bosque del templo, lejos del recorrido del veedron. Lo delató un penetrante olor a mieles marchitas. Muerto no estaba, pero sí felizmente catatónico, en los meros huesos, sorbido hasta el tuétano. Tenía los ojos clavados en su entresijo, léase "mundo interior". La boca desfigurada a besos trazaba un singular sonrisa. Las manos convertidas en estrellas peregrinas. Largo de tronco y corto de piernas, rígido, como si no hubiese regresado de un inconcebible estiramiento. En ropa interior y con unos zapatos prestados o robados, grandes y nuevos, como para andar entre nubes. Los detectives perdieron su tiempo haciéndole preguntas. 
(Esta historia empezó hace cuatro entradas y continuará)



lunes, 18 de abril de 2016









Entonces la tecnología fue convocada para ayudar en la investigación. Mientras sorbían bebidas frías en una tienda cercana, la jefa de detectives ordenó que el veedron sobrevolara el área en busca del hombre de los ojos desorbitados, de cuya abducción nada sabía por no haber interrogado al gato de cinco patas. Igual, nada vio el veedron, pero el aire estuvo un buen rato enrarecido por los breves chirridos de su aleteo metálico.
(Esta historia empezó hace tres entradas y continuará)



martes, 5 de abril de 2016

 Puestos en el lugar de los hechos, largamente admiraron los detectives las cúpulas del templo cercano, distraídos como turistas. Se les escapó del todo que las sombrillas se desplegaron sobre las puntas de las cúpulas de manera simultánea a la abducción del hombre de ojos desorbitados, de la cual fue testigo el gato de cinco patas.
(Esta historia empezó hace dos entradas y continuará)