sábado, 29 de julio de 2017


En el Templo IV, el de la Estrella, los devotos se ocupan de sembrar árboles y arbustos para proteger cursos y cuerpos de agua, con el fin mantener contentas a las noctilucas que les regalan la ilusión de tener a la estrella al alcance de la mano. Nótese que la guardiana del templo duerme una siesta pues pasa las noches en modo de contemplación.



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